Si un pasajero indica que el animal con el que viaja es su animal de apoyo emocional, puedes completar o rechazar el viaje a tu discreción.
Puedes admitirlos en tu vehículo de la misma forma en que lo harías con cualquier pasajero. Escucha sus peticiones, ofrece una toalla si la llevas y evita interactuar con el animal sin permiso.